Viena no es famosa por rascacielos ni por edificios de gran altura. La ciudad se reconoce por su pasado imperial, sus restaurantes clásicos, y sus emblemáticos cafés. Sin embargo, Viena ofrece muchos y singulares lugares desde donde se puede disfrutar de una buena cena y de magníficas vistas sobre la ciudad.Muchos restaurantes vieneses tienen terrazas accesibles en las plantas más elevadas. Uno de ellos es Akakiko (Mariahilfer Straße 52, (0043 57333150), un restaurante-cadena japonés que ofrece elaborados y económicos platos de sushi y cocina asiática moderna. De entre los varios Akakikos, el situado en la calle Mariahilfer, en pleno corazón de la ciudad, ofrece una amplia terraza desde la que puede disfrutar a vista de pájaro de la famosa calle de compras y de los tejados de Viena.
Si se prefiere algo más tradicional, lo mejor será ir a uno de los muchos Heuriger de la ciudad. Los Heuriger son locales tradicionales normalmente situados a las afueras, muchos de ellos en las colinas al oeste de Viena. Aunque su oferta gastronómica es limitada, los Heuriger ofrecen una buena combinación de vistas, precio y sabor tradicional; además, hay una infinidad de ellos . En el Café Oktogon am Himmel (Am Himmel 125, (0043 14065938) o en la Terrasse Kahlenberg (Josefsdorf 2, (0043 13281500) se puede encontrar una mezcla entre Heuriger y restaurante, con una oferta más variada, y con inigualables vistas de la ciudad. Eso sí, llegar hasta ellos puede suponer un pequeño desafío si no se va en coche o taxi.
En la Donauturm (Donauturmstraße 4, +4312633572), cuyo nombre quiere decir torre del Danubio), uno puede disfrutar de las vistas de mayor altura. Alzándose 252 metros sobre la ciudad, este es el edificio más alto de Austria. Desde su restaurante se disfrutan de sobrecogedoras vistas de toda la ciudad, así como de cocina de alto nivel.
Pero sin lugar a dudas, el más emblemático de estos lugares es una noria: Wiener Riesenrad (Riesenradplatz 1, 0043 17295430). Construida en 1897, esta atracción es un magnífico ejemplo de arquitectura en hierro y fue la más alta del mundo hasta 1985. La noria de Viena se alza casi 65 metros sobre el parque Prater , siendo uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad, y parte de su skyline más representativo. Con reserva previa , se puede además disfrutar de una cena romántica para dos bastante exclusiva. Los vagones, decorados en estilo imperial y ambientados con la música de los grandes maestros clásicos, se reservan para la pareja; y a cada vuelta, un camarero entra a servir el siguiente plato y a asegurarse de que todo está perfecto. El lugar es tan romántico, que entre los viéneses es popular declarar su amor y proponer en matrimonio en la noria. ¡Aviso! Los flashes y las miradas de envidia de los turistas, así como la exquisita profesionalidad de los camareros, pueden hacer sentir a los comensales como auténticos famosos.
FUENTE:El Viajero(ELPAIS.COM)
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